Las centrales de compra recelan de las uniones de administraciones
*Nota: Artículo en catalán
Anceco critica que las compras centralizadas del sector público se guían solamente por el factor precio y están alterando el equilibrio del mercado.
Agregar volúmenes para tener más fuerza a la hora de negociar con los proveedores y conseguir así mejores precios es la mecánica de las centrales de compra y servicios (CCS), que hace muchos años que funcionan en el sector privado, y que se resisten a entrar en las Administraciones Públicas. Finalmente lo han hecho en un contexto de urgencia contable: había que reducir el gasto como fuese. Diputaciones, ayuntamientos, hospitales y otros organismos han creado plataformas para centralizar sus compras y ahorrar en luz, vehículos, seguros, o material de oficina.
Pero el que debería ser un paso hacia la eficiencia en la gestión del dinero público, ha despertado las críticas de la única agrupación de CCS -de ámbito español y sede en Cataluña-, que piensa que se han convertido en agentes que distorsionan el mercado, porque se mueven solamente por precio y «promueven el abuso de posición dominante de unas empresas sobre otras«, afirma Alvaro Otal, gerente de Anceco.
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