Nuevas Centrales de Compra: Sí, pero no de cualquier forma

Anceco fue fundada en 1998 a raíz de la celebración del primer congreso nacional de centrales de compra. Desde entonces, a pesar de que los tiempos han cambiado y nos hemos ido adaptando a nuevas necesidades, continuamos trabajando sobre los mismos objetivos que en ese momento suscitaron la creación de nuestra asociación: normalizar el sector, informar y promover las CCS, ofrecer servicios, ser el punto de encuentro y representar los intereses del sector ante terceros.

El actual entorno está cambiando, de forma decisiva, todo lo que nos rodea, situándonos ante un nuevo paradigma. Afecta a las empresas, a los consumidores, a las personas, hasta a los sistemas o la propia sociedad. La tecnología ha trastornado nuestra manera de comunicar y hasta de pensar y la desconfianza hacia nuestras instituciones se acrecienta día a día, no sin méritos por su parte.

En este complicado contexto las empresas luchan por conservar y ganar una parte del pastel y por ello se ven obligadas a adaptarse a unas nuevas reglas de juego.

Desde hace algún tiempo estamos detectando un creciente interés hacia nuestro modelo organizativo y son muchas las asociaciones y empresas que toman contacto con nosotros para recabar información o buscar nuestra experiencia, con el objetivo de crear una central de compras en su sector y optimizar sus costes a través de una mayor dimensión.

La necesidad de poder aportar valor con respuestas concretas, nos ha llevado a definir un orden de prioridades para que estas iniciativas puedan prosperar o, por el contrario, abortar el proyecto antes de que sea demasiado tarde.

En este sentido, el primer ejercicio al que sometemos a los aspirantes consiste en concienciarlos de la importancia que el tamaño de la empresa adquiere tanto para la mejora de las condiciones de compra con sus proveedores como para el desarrollo de servicios hacia sus asociados. Si bien es cierto que no siempre el más grande es el mejor, en cualquier caso, está suficientemente demostrado que la dimensión es un concepto que condiciona, en gran medida, la competitividad de las empresas. En este punto conviene identificar cuál será el tamaño mínimo para que la central funcione y pueda alcanzar los objetivos de negociación y rentabilidad deseados.

Si tras este primer análisis se decide continuar, la etapa siguiente consiste en una profunda reflexión acerca de su proyecto, es decir, desgranar el “porqué” y el “cómo” y valorar su viabilidad. En esta fase debemos detectar la necesidad y la utilidad del proyecto, así como la percepción que desde el sector existe hacia él. Será muy importante conocer, de forma cierta y cuantificada, si la Central aportará beneficios al sector, si los socios potenciales estarán dispuestos a adherirse o si su implicación irá más allá de su participación en la compra conjunta. En conjunto, resultan factores indispensables para garantizar el futuro de la central. Si la idea prospera, se deberán centrar las argumentaciones para presentar y defender el proyecto y la filosofía con la que nace la central, aplicando tanto criterios económicos como de utilidad y operatividad.

Convencer, motivar y justificar la necesidad de cooperar y mover información son acciones que requieren una excelente labor comunicativa. En las centrales de compra, además, resulta imprescindible fomentar la dinámica de grupo a través de diversas acciones y desarrollar un sinfín de estrategias buscando fidelizar al socio y centralizar su actividad, al mismo tiempo que lidiar un sinfín de situaciones para neutralizar las iniciativas de algunos socios – y hasta de ciertos proveedores – de operar al margen de la central. Por este motivo, desde Anceco fomentamos la necesidad de un liderazgo potente en el seno de las centrales. Un verdadero experto en marketing interno que busque aumentar la percepción de valor por parte de los socios de su organización.

En este punto, desde la asociación, aconsejamos contar con una gestión profesionalizada, independiente, que ejerza su labor con seguridad, apoyo y confianza por parte de los socios y sus órganos de gobierno. Su labor deberá ejercerse de forma transparente y con principios operativos sencillos, acompañándose de una férrea disciplina apoyada en un liderazgo claro y mucha comunicación. Los objetivos son conseguir la credibilidad y la confianza de asociados y proveedores, no olvidando nunca algo tan común en la mayoría de los colectivos humanos como es la presencia del “enemigo” dentro de la organización.

El círculo lo cierra, de nuevo, el tamaño, la búsqueda continua de aumentar la dimensión. Ya no se trata únicamente de obtener mejores negociaciones sino de poner en marcha más y mejores servicios, lo que nos lleva a fomentar los beneficios de las alianzas o las colaboraciones con otros grupos, tanto a nivel nacional como internacional.

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