REINNOVACCIÓN

Nuestro 9º Congreso ha sido un éxito y debemos felicitarnos todos. Por esto inicio estas líneas con una felicitación.

Grande, porque hemos conseguido superar los objetivos iniciales. Sincera porque la siento de veras. Y colectiva, porque el mérito de este éxito lo debemos compartir entre todos los miembros de Anceco. Y con un gracias, enorme esta vez, por compartir vuestro conocimiento. Por aportarnos constantemente ideas, tendencias, información, inquietudes. Por vuestra participación en el Congreso. Por haber intentado venir aunque haya resultado imposible hacerlo. Al Comité mi más caluroso agradecimiento por vuestro tiempo. Por vuestro aliento. A los patrocinadores por su sustento. Por hacer posible que cada dos años podamos repetir este encuentro. A los profesionales de Anceco por un trabajo diario hecho con mucha ilusión y esfuerzo. A todos gracias, muchas gracias.

Desde el Comité de Anceco planteamos este congreso en un momento extremadamente delicado para nuestra economía y en un contexto de desánimo generalizado que convertía en una verdadera carrera de obstáculos su organización. De forma voluntaria se excluyó la situación económica de la lista de invitados, aunque inevitablemente su sombra nos persiguió sin desánimo. Por otra parte, empujados por las conclusiones de nuestro reciente estudio sobre el modelo organizativo de las centrales de compra, sabíamos que el congreso representaba la mejor ocasión para divulgar las tendencias y las herramientas que contribuirían a la mejora de este modelo para mudarlo en otro más competitivo y sostenible. Así pues, contando con las valiosísimas aportaciones de nuestros ponentes, enfocamos la temática del 9º congreso hacia aspectos relacionados con la lucha contra la adversidad, el liderazgo, el compromiso, la competitividad, la innovación, la emprendeduría, la economía digital y el optimismo inteligente necesario para cambiar nuestra actitud ante un entorno inseguro y cambiante.

La ponencia final, a cargo de Luis Galindo, planteaba en su inicio una estupenda analogía entre el proceso de renovación que sufren las águilas a mitad de su vida y la necesaria regeneración del modelo de las CCS, que si me permitís reproduciré aquí:

El águila es el ave de mayor longevidad de la especie. Llega a vivir hasta 70 años, pero para poder llegar hasta ahí deberá tomar una seria y difícil decisión a los 40 años. A esa edad sus uñas se tornan apretadas y flexibles, impidiéndole tomar las presas con las que se alimenta; su pico, largo y afilado, se encorva y apunta contra su pecho; sus alas envejecen y se vuelven pesadas, sus plumas adquieren demasiado grosor y, en estas condiciones, volar resulta muy difícil. Entonces, el águila, solo tiene dos alternativas: morir o afrontar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días. Decidida, vuela hacia lo alto de una montaña, instala su nido en una pared rocosa donde no tenga necesidad de volar y empieza a golpear su pico contra esa pared hasta conseguir arrancarlo. Después, espera el crecimiento de uno nuevo con el que extirpará sus espolones y cuando los nuevos comiencen a salir, empezará a mudar sus viejas plumas arrancándolas una a una. Tras cinco meses saldrá hacia su vuelo de renovación que le dará treinta años más de vida.

Como el águila, las CCS debemos iniciar un proceso regenerativo y desprendernos de costumbres, tradiciones y procesos que nos impiden avanzar, y luchar por adaptarnos a nuevos entornos, más inseguros y cambiantes en los cuales, sin lugar a dudas, tendremos un importante papel a jugar.

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